Las últimas informaciones aumentaron el número de heridos a nueve, de ellos ocho niños, y sobre el agresor precisaron que es de nacionalidad siria, de 32 años, y que había solicitado asilo en Francia en noviembre pasado, si bien ya contaba con el estatuto de refugiado para la Unión Europea otorgado por las autoridades de Suecia, por lo que podía viajar libremente por el espacio Schengen.
“La nación está conmocionada”, expresó Macron a través de la red social Twitter, y añadió que “nuestros pensamientos están con ellos, con sus familias y con los servicios de emergencia”.
En nombre del Gobierno, Gabriel Attal, ministro de Cuentas Públicas, denunció el atentado como un “acto de barbarie”, mientras que la primera ministra, Élisabeth Borne, se desplazó de urgencia hasta el lugar de los hechos.
La presidenta de la Asamblea Nacional, Yael Braun-Pivet, solicitó que se guardara un minuto de silencio, tras conocerse este «gravísimo atentado», mientras que el presidente del Senado, Gérard Larcher, expresó que “el horror ha cobrado todo su sentido. ¿Cómo se puede atacar a los niños con tanta crueldad?”.
Diputados de todo el espectro político señalaron la conmoción y el horror del brutal ataque contra los niños, algunos de muy corta edad, y dos de los cuales se encuentran en estado muy grave.
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