En tanto, los pronósticos sugieren que los riesgos de exposición a un ambiente contaminado para áreas del sureste como la zona metropolitana de Toronto, la región del Niágara y el suroeste de Ontario aumentarán hasta el final de la semana, divulgó un reporte de la cadena de noticias CTV News.
Para esta última provincia y Quebec, se mantienen declaraciones especiales sobre la nociva calidad del aire, por lo que las autoridades alientan a los residentes a limitar las actividades al aire libre o evitarlas por completo si son vulnerables al humo.
Hasta ayer en la tarde, la base de datos del Centro Interagencial Canadiense de Incendios Forestales mostró 440 fuegos en nueve provincias y dos territorios, de los cuales más de la mitad se consideran fuera de control.
La cantidad de tierra quemada superó la marca de los 40 mil kilómetros cuadrados también durante la víspera, lo que convierte a la temporada de incendios de 2023 en la cuarta peor registrada en el país.
Al ritmo actual de quema, abundó la fuente informativa, se espera que el récord histórico se supere la próxima semana.
No ha habido pérdida de vidas, aunque los daños a la propiedad y la infraestructura han sido significativos, detalló el reporte.
En Alberta (oeste) arden 65 incendios, pero Quebec (este) se enfrenta ahora al desafío más difícil, con 163 de esos siniestros activos y117 de ellos fuera de control, informó CTV News.
El jefe del Estado Mayor de la Defensa, el general Wayne Eyre, advirtió que la gran demanda de asistencia en casos de desastre de sus tropas pone a prueba la capacidad general de las fuerzas armadas.
Más de 500 soldados y especialistas militares se desplegaron en Alberta, Quebec y Nueva Escocia (este) en respuesta a los incendios hasta el miércoles, junto con equipos que incluyen bombas de agua y otros aviones.
Cerca de mil bomberos internacionales de Estados Unidos, Sudáfrica, Australia y Nueva Zelanda también están en Canadá para ayudar, y se esperaba que otros 109 de Francia llegaran a Quebec, apuntó el medio.
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