La implicación de esta nación europea en esos hechos no tiene ningún fundamento posible, declaró en su cuenta en Twitter el vocero del Gobierno Stanislav Zharin, quien consideró que ello recuerda la táctica de una maniobra informativa para distorsionar los hechos.
Medios de prensa recuerdan que, en los primeros días, tras la detonación registrada en los gasoductos, en la prensa occidental, incluida en la polaca, aparecieron versiones que acusaban a Moscú de autodestruir tales instalaciones.
La reacción de Zharin responde a una especulación aparecida esta vez en el diario The Wall Street Journal, según la cual investigadores alemanes estudian datos que podrían demostrar la utilización de Polonia por los saboteadores como base para sus operaciones.
El rotativo estadounidense señala que el yate Andromeda, presuntamente empleado por los atacantes, salió de un puerto en Dinamarca y en su trayectoria entró a aguas territoriales polacas, aunque esa publicación evita constatar que la embarcación haya tocado la costa.
La fiscalía general germana se negó a confirmar por el momento la existencia de pruebas que demuestren el uso de Polonia como territorio para preparar los atentados.
En febrero pasado, el premio Pulitzer de 1970 Seymour Hersh afirmó que el presidente Joe Biden negoció por mucho tiempo la voladura de los referidos ductos, sobre todo, con el fin de evitar un «arrepentimiento» de Alemania para participar en la cruzada antirrusa.
Un elemento a tener en cuenta en este caso es que, con independencia de los demorados resultados de las investigaciones iniciadas por Dinamarca, Alemania y Suecia sobre las detonaciones en los gasoductos, es evidente que se trata de un acto terrorista, opinan especialistas.
Recientes artículos de The New York Times y del diario alemán Die Zeit sobre la organización de un sabotaje por un grupo pro-ucraniano intentarían desechar la acusación hecha en su momento por Moscú de que se trata de un acto de terrorismo de Estado, comentó la prensa local.
El pasado 8 de febrero, la Casa Blanca quedó «desenfocada» en sus respuestas, tras publicarse ese día un artículo de Hersh, sobre la implicación de Estados Unidos en el atentado.
Hersh se remitió a fuentes de inteligencia, según las cuales hombres ranas de fuerzas especiales norteamericanas emplearon como tapadero las maniobras de la Organización del Tratado del Atlántico Norte Baltpos 2022, para colocar hace casi un año los explosivos.
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