Al decir de Gil, la cita estará centrada en contribuir al encadenamiento productivo para las exportaciones, la sustitución de importaciones y la inversión extranjera, todo ello en función de crear espacios de discusión que describan el escenario económico actual desde la práctica.
A todo lo cual se suma la tarea de identificar las potencialidades y trabas que se presentan en la economía insular, vistas desde la eliminación de trámites y autorizaciones innecesarias que ralentizan los procesos, crear consensos y buscar soluciones.
Esos temas constituyen prioridad en la agenda económica del país, y no se pueden abordar de manera independiente, remarcó.
Por ejemplo, existen tres formas fundamentales en Cuba para adquirir divisas, las exportaciones de bienes y servicios, las remesas pero en este caso es una fuente de ingreso asociada al nivel de oferta, es decir necesita un mercado abastecido y eso no ocurre hoy, sino que esos dineros se expresan en forma de productos.
Por último, los créditos, los cuales hay que devolver, por tanto no se puede pedir más dinero del que tiene la capacidad de reintegrar, porque en ese caso se sobrendeuda y los proveedores o financistas suspenden o ralentizan las operaciones de crédito.
Sobre la sustitución de importaciones explicó que tienen dos formas una para la demanda interna y la otra para disminuir el componente importado de las producciones.
Hoy existe una demanda interna solvente, un sector con capacidad de consumo, pero sin existir una oferta de bienes y servicios para respaldar esa demanda, y por consiguiente se genera la inflación.
Pero en ese escenario, continuó, la nación tiene una capacidad industrial ociosa, incapaz de llegar a los niveles de producción para las cuales están diseñadas y en cambio solo requieren, en algunos casos, materias primas, insumos o pequeños niveles de inversión.
Con ello se puede contribuir a buscar un mejor equilibrio entre la oferta y la demanda, y constituye otra vía de enfrentar los altos precios. Es necesario avanzar en la producción nacional y utilizar con eficiencia las capacidades ociosas, remarcó.
Un objetivo esencial de esta Jornada es identificar cómo lograr un encadenamiento productivo con el sistema empresarial cubano –y sus diferentes actores- más eficiente que utilice las capacidades productivas ociosas para incrementar las producciones nacionales, aumentar la oferta y enfrentar la inflación, y en medio disminuir el componente importado.
Nuestra economía, dijo, se está llenando de bienes finales de productos comprados en el exterior y vendidos a altos precios, en vez de importar la materia prima para producir en nuestras industrias.
Esta Jornada también permitirá encontrar todas las potencialidades para echar a andar nuestra industria nacional, favorecer la importación de materias primas e insumos que tienen menores costos para el país.
Tenemos en nuestras manos la misión de conducir el desarrollo económico y social de Cuba, tenemos una economía centralmente planificada que permite orientar las inversiones y las importaciones hacia esas prioridades.
Hoy la economía cubana se encuentra en un proceso gradual de recuperación, ya que desde el segundo semestre de 2019 atraviesa una situación compleja, inicialmente golpeada por el recrudecimiento del bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos y la pandemia de Covid-19.
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