Para la Corporación del Libro y la Lectura, con esta determinación se pierde la oportunidad de difundir desde un lugar de privilegio el trabajo de autores, ilustradores y creadores en un encuentro relevante para la industria editorial.
Ocupar el sitial de invitado de honor habría permitido que nuestros libros se destacaran entre los miles de expositores de 95 países que asisten al encuentro, señaló el gremio que agrupa a casas como Catalonia, Grupo Planeta y Penguin Random House, entre otras.
Mientras, Editoriales de Chile, que aglutina a firmas independientes como Lom, Ediciones Universidad Alberto Hurtado y La Pollera, calificó como desconcertante y decepcionante declinar la invitación.
Para el senador Ricardo Lagos Weber, del Partido por la Democracia, participar en el evento no solo permitiría promover la industria del libro, sino también mostrar a Chile a 50 años del golpe de Estado, con los avances y desafíos, y dar una mirada global del país.
Ante el rechazo suscitado en el mundo cultural y político por la decisión del Gobierno, el ministro de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, Jaime de Aguirre, declaró que era “una invitación extraordinariamente cara y compleja de abordar”.
Según el titular, la presencia en el encuentro significaría un gasto del orden de los ocho millones de dólares.
Interrogado sobre el tema, el presidente chileno, Gabriel Boric, manifestó su discrepancia con el titular y dijo que “gastar en cultura es una tremenda inversión, no es un gasto”.
“Como Estado de Chile, como un país que tiene una dignidad literaria que nos enorgullece, tenemos que estar en esas instancias”, agregó Boric.
De Aguirre confirmó que el presidente pondrá “todo su empeño para apoyar en esto, por lo tanto, veremos qué posibilidad hay de revertir la situación”.
La Feria del Libro de Frankfurt, Alemania, es una de las mayores del mundo y atrae a más de siete mil 200 expositores cada año.
jha/car
