En la nación germana el dignatario copresidirá la séptima ronda de consultas intergubernamentales, aparte de las conversaciones con el canciller federal, Olaf Scholz, y otras autoridades.
Mientras, en Francia cumplimentará una visita oficial y asistirá a la cumbre sobre un nuevo Pacto Financiero Global.
A juicio de observadores aquí, con este periplo China ilustra la gran importancia que concede al desarrollo estable de los lazos y la cooperación desde una perspectiva estratégica con Berlín, París y la UE en general.
Por tanto, auguran un efecto positivo y algo de certidumbre para impulsar la recuperación económica global de los estragos del conflicto Rusia- Ucrania y las políticas proteccionistas de algunas potencias.
Pero el viaje se produce en un escenario de divergencias luego de que la Comisión Europea decidiera no usar más los servicios brindados por las tecnológicas chinas Huawei y ZTE, bajo el argumento de que son un riesgo para la seguridad del denominado viejo continente.
A ello se añade la conformación del enfoque económico y de seguridad de la UE respecto a China, con énfasis en la «reducción de riesgos» y no en la «desvinculación», así como la primera Estrategia de Seguridad Nacional de Alemania que calificó al gigante asiático de «un socio, un competidor y un rival sistémico.
Frente a ese panorama, Beijing denuncia el acoso a sus firmas, exige a los europeos cumplir con las leyes del comercio internacional y recalca la apuesta por una cooperación pragmática y beneficiosa para todas las partes.
oda/ymr