“El 18 de junio de 2007, Cuba perdió a una de sus más queridas y más bravas; a una heroína dulce, inteligente y radical. Combatiente clandestina, audaz, guerrillera, esposa, madre y líder feminista”, escribió en Twitter el mandatario.
Recordó además al líder histórico de la nación caribeña, Fidel Castro, cuando expresó que “todo lo que muere luchando por la Revolución va dejando energía en el camino”.
Por su parte, el primer ministro Manuel Marrero la describió en la misma red social como una heroína de la sierra y el llano, mujer sin igual, dulce e incondicional al proceso revolucionario de la isla.
Espín tuvo una activa participación en el movimiento revolucionario 26 de Julio y en la lucha contra la dictadura de Fulgencio Batista (1952-1958).
Con el nombre de guerra Deborah fue una notable combatiente clandestina bajo las órdenes de Frank País, en especial durante el alzamiento del 30 de noviembre de 1956 en la oriental provincia de Santiago de Cuba.
En 1958 se sumó al Ejército Rebelde donde continuó destacándose por las tareas de coordinación del movimiento clandestino y por sus acciones en el Segundo Frente Oriental Frank País.
La también reconocida ingeniera química llevó sus conocimientos científicos a acciones prácticas en beneficio de la sociedad, y a partir del triunfo de la Revolución cubana, el 1 de enero de 1959, condujo las principales acciones políticas del país para materializar el acceso pleno de la mujer a sus derechos.
Por su labor en este ámbito es reconocida como la eterna presidenta de la Federación de Mujeres Cubanas.
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