Esta oficina de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) describió en su perfil de Twitter a dicha escalera, en la citada mansión de El Vedado capitalino, como una de las más hermosas de la cuidad.
Además de la invitación a visitar el sitio el próximo 1 de julio, de 10:00 a 17:00 hora local, la fuente compartió fotos en las que se puede constatar todos los valores arquitectónicos de la edificación sita en Calle 19 entre Paseo y 2.
En un tuit, la Oficina Regional de Unesco Habana compartió una reseña relatando que en 1934 el arquitecto cubano Rafael de Cárdenas diseña esta residencia para Hilda Sarrá, hija del acaudalado propietario de la droguería conocida por ese apellido.
El inmueble entra de lleno en la modernidad a partir del uso de los códigos y postulados del racionalismo. La composición se libera de muchas de las constantes tradicionales que permiten su filiación a los diversos tipos que caracterizan la arquitectura residencial de El Vedado.
Muestra el proyecto influencias del stream line (una de las principales vertientes del art déco) expresadas en planos curvos, esquinas redondeadas, y ambientes circulares, como el correspondiente a la terraza de la esquina sureste.
La organización de la planta arquitectónica muestra cierto parentesco con el tipo compacto que caracteriza a muchas residencias de El Vedado, en particular las localizadas en esquinas de manzanas.
Entre ellas la superficie cercana a la proporción cuadrada y la ausencia de tramos largos de circulación tales como el hall y la galería.
Sin embargo, otras particularidades, como la propia solución de acceso, responde a criterios totalmente novedosos.
Durante varias décadas la casa fue sede de la Embajada de Países Bajos en La Habana, y en el año 2000 se destina a centro cultural, dedicado a la organización de los Festivales de Cine Latinoamericano, del Cubacine ICAIC.
Recibió entonces las adecuaciones correspondientes que no afectaron sus atractivos y valores, bajo la dirección técnica del prestigioso arquitecto cubano Oscar Ruíz de la Tejera.
Uno de los cambios fundamentales consistió en la conversión de la terraza enfrentada a la calle 19 en un gran salón, dedicado a exposiciones y encuentros culturales, concluyó la fuente con colaboración de la arquitecta Madeline Menéndez.
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