En entrevista exclusiva para Prensa Latina, Eduardo Pimentel, presidente de la Asociación Cubana de Yoga y Maestro en esta disciplina físico-psíquica-espiritual de origen hindú, puntualizó que “el yoga es una filosofía, psicología y práctica física”.
Explicó que la palabra proviene del sáncrito y significa yugo, concentrar la mente, absorberse en meditación, pero también recordar, unir, conectar y otorgar. Simboliza la integración y armonía entre el cuerpo y la mente con entrenamiento.
Durante una sesión de yoga colectiva en la Ciudad Deportiva de La Habana, con el auspicio de la embajada de la India en la nación caribeña y el Instituto Nacional de Deportes, Pimentel precisó que las posturas, las técnicas respiratorias convierten a la práctica del yoga en un entrenamiento único desde el punto de vista anatómico y fisiológico.
“Es tremendo el esfuerzo que realiza el cuerpo en su propio beneficio, para una mejor circulación sanguínea, respiración, flexibilidad en las articulaciones y otras muchas ventajas”, dijo.
En esa combinación está también involucrada la mente que se entrena poco a poco, para buscar quietud y, como nos gusta decir, comenzamos a ser nosotros los dueños de la naturaleza de la mente, afirmó.
Al referirse a los orígenes del yoga en Cuba, recordó que comenzó con la literatura en el siglo XIX, cuando Don Francisco Mateo de Acosta y Zenea tradujo varios capítulos del Bhagavad Gita y otros textos clásicos de la cultura de la India.
Existía interés en la bibliografía producto del movimiento yoga en Estados Unidos y también en América Latina, especialmente en Argentina y México, detalló.
Luego apareció un movimiento de carácter devocional llamado Kriya Yoga, fundado por un indio procedente de Estados Unidos y que se inició en la isla en 1957 como asociación de autorrealización, que aún perdura como inspiración para muchas ideas relativas a esta disciplina.
El yoga es una filosofía, no tiene sacerdotes, ni templo, ni rituales y, sin embargo, se ha popularizado como práctica física, de posturas, ejercicios respiratorios y técnicas de atención sostenida, apuntó.
La Asociación Cubana de Yoga, presidida por Pimentel, cuenta con instructores y sedes en varias provincias del país, donde a partir de los diversos linajes de yoga, la población escoge los afines a sus intereses, personalidad o inspiración de un maestro gurú, explicó el entrenador de la primera camada de instructores en Cuba.
Unas 500 millones de personas en el mundo practican esta disciplina, de ahí que, en reconocimiento a su popularidad internacional, en diciembre del 2014, Naciones Unidas proclamó el 21 de junio, como Día Internacional del Yoga.
Pimentel aseveró que en el caso cubano este 2023 se celebra con la unión de amigos y practicantes como disciplina ancestral en numerosas ciudades del país, para dar frescor a la vida y buscar el tan deseado equilibrio cuerpo-mente.
ro/crc/ebe