Por Oscar Redondo
Corresponsal jefe de Prensa Latina en Italia
Desde su llegada a Roma a las 14:10 hora local de ese día, por el aeropuerto Leonardo Da Vinci (Fiumicino), el primer mandatario cubano cumplió una intensa agenda de trabajo que comprendió además un contacto con Qu Dongyu, director general de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
También realizó en la tarde del 20 de junio una reunión con empresarios italianos y concluyó su visita con un emotivo encuentro con integrantes de grupos de solidaridad, cubanos residentes en Italia y funcionarios de la misión diplomática del país caribeño en esa nación europea.
La delegación cubana estuvo integrada por el ministro de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez, la viceministra primera del Ministerio de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera, Ana Teresita González y la jefa del Departamento de Asuntos Religiosos del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, Caridad Diego.
Integraron la misma además los viceministros de Relaciones Exteriores Anayansi Rodríguez, Carlos Fernández de Cossío y Elio Rodríguez, así como la directora de Europa y Canadá de la cancillería, Gisela García y los embajadores de Cuba ante Italia y la Santa Sede, Mirta Granda y René Mujica, respectivamente.
La audiencia privada con el Sumo Pontífice comenzó a las 10:00 hora local del 20 de junio, en el Aula Paulo VI del Vaticano, mismo lugar donde en mayo de 2015 Francisco recibió al entonces presidente de Cuba, Raúl Castro.
“Fue una conversación franca” expresó luego Díaz-Canel en un mensaje en Twitter, y añadió que “confirmamos amplias coincidencias en temas acuciantes de la agenda internacional para la humanidad”, así como “la realidad cubana actual, en particular el severo impacto en nuestra población del bloqueo económico recrudecido.
Agradecí sus muestras de cercanía y aliento en favor de nuestro país”, dijo el presidente, quien expresó al Papa la voluntad “de continuar fortaleciendo los vínculos entre ambos Estados.
Como regalos “en nombre del pueblo de Cuba, entregó al Santo Padre dos textos del matrimonio integrado por los poetas Cintio Vitier y Fina García Marruz, católicos comprometidos y figuras fundacionales de la mejor tradición de la intelectualidad de esa nación, así como una escultura titulada “Lector”, de la autoría de Miguel Ángel Martínez.
Francisco obsequió al jefe de Estado cubano una paloma de bronce portando una rama de olivo, con la inscripción “Sed mensajeros de la paz”, además del libro sobre la Statio Orbis del 27 de marzo de 2020 y el Mensaje para la Paz de este año.
Tras el encuentro con el Papa, Díaz-Canel sostuvo una reunión en la Secretaría de Estado con el cardenal Pietro Parolin donde “coincidimos en destacar con satisfacción el positivo desarrollo de las relaciones entre Cuba y la Santa Sede” y “ratificamos la voluntad de continuar fortaleciéndolas”, aseveró el líder cubano en un mensaje posterior en las redes sociales.
Al mediodía de ese martes el presidente realizó un almuerzo de trabajo con representantes del empresariado italiano que, según dijo “no se ha detenido y ha mantenido su cooperación e intercambio con Cuba”, y continúan participando en los principales programas, en un momento muy importante para las relaciones económicas y comerciales.
El presidente cubano destacó la voluntad de Italia de considerar a la nación antillana como un país priorizado para la colaboración y “sabemos en las condiciones en que ustedes han mantenido con firmeza las relaciones con Cuba; una Cuba más agredida, más asediada, con un bloqueo recrudecido”, reconoció.
Evaluó asimismo el buen funcionamiento de la comisión empresarial bilateral y del comité de inversión Italia-Cuba y expuso acerca de la actual política económica del país dirigida a fomentar la inversión extranjera, con acciones como la apertura a esta del comercio mayorista y minorista.
Anunció que el primer negocio de este tipo será precisamente con la compañía italiana Farmavenda, a la vez que destacó la presencia en el país antillano de medio centenar de representaciones empresariales de la nación europea, y el desarrollo de varios negocios en la Zona Especial de Desarrollo Mariel (ZEDM).
En la tarde del 20 de junio inició en el Palacio del Quirinale, la reunión del jefe del Estado cubano con su homólogo italiano, Sergio Mattarella, donde ambos reafirmaron la voluntad de continuar desarrollando los vínculos bilaterales en esferas de mutuo interés.
Se evaluaron en particular las relaciones económico-comerciales, así como la cooperación en materia de cultura, salud y en otros sectores y se ratificó la voluntad común de continuar consolidando los históricos vínculos establecidos hace 120 años, el 4 de febrero de 1903.
Reconoció en ese diálogo con Mattarella la importancia y el valor que su país confiere a la histórica posición de Italia contra el bloqueo económico, comercial y financiero impuesto al mismo por el Gobierno de los Estados Unidos.
A ese contacto con el presidente italiano siguió la reunión de Díaz-Canel con Qu Dongyu, en la sede de la FAO, a quien expresó “el agradecimiento eterno por el incondicional y permanente apoyo a Cuba” y resaltó la implementación del Plan Nacional de Soberanía Alimentaria y Educación Nutricional, con la ayuda de ese organismo.
“Hemos estado trabajando también en el desarrollo de los sistemas de agricultura y de producción de alimentos sostenibles”, en medio de las actuales condiciones en que se encuentra la nación antillana, a causa del bloqueo de Estados Unidos.
“La FAO puede siempre contar con el apoyo de nuestro país”, escribió el mandatario cubano en el libro de visitantes al término de ese encuentro.
A pocas horas de su salida de Italia, con destino a Serbia, el presidente sostuvo a las 18:00 hora local del 20 de junio un emotivo encuentro con el personal diplomático cubano, así como con coterráneos residentes en esta nación y miembros de agrupaciones de amistad, a quienes agradeció por el apoyo y la solidaridad hacia su país.
Concluyó así Díaz-Canel su primera etapa de un recorrido por naciones europeas que incluye además a Francia, para participar el 22 y 23 de junio en París, en calidad de presidente del G77 + China, en la “Cumbre para un nuevo Pacto Financiero Mundial”.
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