Cristian Retamal, Miguel Carrasco y Marcelo Maldonado agredieron a un reo con patadas, puños y bastones de seguridad, además de arrojarle gas pimienta al rostro.
Como consecuencia de ese ataque, la víctima sufrió fracturas expuestas y heridas en la mano que derivaron en la amputación de la falange de un dedo, secuelas permanentes y definitivas que influyen en su capacidad laboral y funcional, determinó la justicia.
También presenta deformaciones estéticas notoriamente visibles.
“Esta es la primera condena por el delito de torturas dentro de una cárcel chilena”, aseguró Consuelo Contreras, directora del Instituto Nacional de Derechos Humanos, que actuó como querellante.
Este delito fue tipificado en el Código Penal Chileno en 2016.
Los gendarmes también fueron condenados a otros tres años de prisión por falsificación de documento público, ya que elaboraron una versión alternativa para justificar la agresión.
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