En el Palais Brongniart, sede del evento de dos días, el mandatario de la isla fue recibido en una mañana lluviosa por la canciller de Francia, Catherine Colonna, unos minutos antes de la instalación de la cumbre con alrededor de un centenar de jefes de Estado y de Gobierno invitados.
Díaz-Canel asiste en su condición de líder del Grupo de los 77 más China, bloque que integran 134 de los 193 Estados miembros de las Naciones Unidas, en el cual Cuba ejerce este año la presidencia pro tempore.
El encuentro busca encarar desde el multilateralismo el desafío de construir un sistema financiero más reactivo, justo y solidario, que permita enfrentar las desigualdades, acompañar la lucha contra el cambio climático y materializar los objetivos de desarrollo sostenible.
Las posiciones de Cuba ante el tema son bien conocidas, y pasan por el llamado a un apoyo concreto a los países del Sur en materia de acceso a mercados, transferencia de tecnologías y creación de capacidades.
La isla aboga también por una cooperación fiscal internacional inclusiva y por el establecimiento de un mecanismo multilateral de renegociación de deudas soberanas.
Para la mayor de las Antillas el diseño de una nueva arquitectura financiera mundial pasa igualmente por el destierro de los bloqueos y las medidas coercitivas unilaterales, como los que sufren varias naciones del Sur, afectando su desarrollo.
Desde hace más de 60 años, Cuba enfrenta el bloqueo económico, comercial y financiero de Estados Unidos, una política contraria al Derecho Internacional y al multilateralismo.
Se prevé que Díaz-Canel subraye estas posiciones durante la cumbre y sus reuniones en esta capital.
El foro sobre un Nuevo Pacto Financiero Mundial culminará mañana con la foto de familia, la ceremonia de clausura y una conferencia de prensa.
wmr