Unos 30 policías registraron seis lugares, entre ellos la residencia de Woelki y un centro de informática encargada del correo electrónico de la iglesia, señaló el ente judicial en un comunicado.
El objetivo eran documentos escritos en la archidiócesis relacionados con las acusaciones de perjurio y falsas declaraciones bajo juramento, explicó la fiscalía.
Las medidas procedieron sin incidentes y recibieron la cooperación en los lugares que registramos, indicó el texto circulado aquí.
La fiscalía de Colonia anunció en mayo que investigaba a Woelki por sospechas de perjurio con base en una denuncia penal; de su lado Woelki dijo que no estaba al tanto de las acusaciones de abuso sexual contra un sacerdote de su diócesis.
Bajo la ley alemana, el perjurio conlleva una sentencia de cárcel de seis meses a 15 años.
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