El Centro Interagencial Canadiense de Incendios Forestales comunicó que, desde el 1 de enero y hasta la tarde de ayer, se carbonizaron 76 mil 129 kilómetros cuadrados de bosques y otros terrenos.
La semana pasada, el ministro federal de Preparación para Emergencias, Bill Blair, reconoció que, ante la dimensión de los siniestros, probablemente se rompería el registro más alto alcanzado antes.
“Desafortunadamente, la temporada de incendios de este año comenzó antes y se ha generalizado más en todo el país”, dijo.
Con menos de tres mil, Canadá ha experimentado durante 2023 una cifra inferior de incendios forestales en comparación con otros años, sin embargo, es mayor el tamaño promedio de estos, con unos 26 kilómetros cuadrados.
Actualmente, hay 490 fuegos a nivel nacional, de los cuales 255 se consideran fuera de control.
En Quebec, en el este, donde arden casi una cuarta parte de los incendios, el humo denso provocó advertencias generalizadas de smog para las regiones hacia el sur.
Si bien ninguna ciudad está bajo riesgo inmediato, las llamas obligaron a miles de quebequenses a abandonar sus hogares, incluidos dos mil residentes de Lebel-sur-Quévillon, partes de Val-d’Or y Senneterre y algunas comunidades indígenas.
En una actualización, la Agencia de Prevención de Incendios divulgó que el siniestro cerca de las primeras de esas ciudades seguía fuera de control, y había crecido a más de cuatro mil 400 kilómetros cuadrados.
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