Luis Olmo Jas, presidente del Comité Espeleológico de esta central provincia, dijo a Prensa Latina que el sitio es uno de los más importantes de los estudiados en el país, con gran riqueza de elementos aborígenes, reveladores petroglifos, representativos del arte rupestre.
En el área, precisó, abundan las manifestaciones de morfología cársica. específicamente en una loma con una gran solapa cársico-fluvial, donde en el suelo y abrigos se encuentran los fósiles de tres culturas, ocupando cada una sitios diferentes.
Los petroglifos, argumentó, representan pequeñas caritas, figuras geométricas, humanoides y una cruz que algunos especialistas la relacionan con concepciones mágico-religiosas.
Para el también presidente del Grupo Espeleológico Samá, el arte rupestre está presente en todos los grupos culturales, con mayor participación de los siboneyes, un apremio social de expresión por medio del dibujo, la pintura, donde se conjugan naturaleza e imaginación.
Entre otros puntos de gran valor en la conservación de dibujos labrados o pintados sobre roca se ubican cerca de 40 sitios arqueológicos aborígenes en el Parque Nacional Caguanes, en el municipio de Yaguajay, en el norte del territorio espirituano, declarado por la Unesco como Reserva de la Biosfera.
Al respecto, Olmo Jas precisó que las poblaciones indígenas que ocuparon las cuevas de Caguanes y de los Cayos de Piedra dejaron sus motivaciones de existencia en más de 260 pictografías y cerca de 30 petroglifos.
Allí se conserva, alegó, la presencia aborigen, sus habilidades, mitos y leyendas en trazos en las formaciones calcáreas en el interior de las grutas, muchas veces incomprensibles.
Subrayó que la cueva Ramos, explorada en 1958 por un grupo de la Universidad Central de Villa Clara, es la más interesante de este lugar considerado la cátedra del arte rupestre cubano, con pictografías hojiformes de gran tamaño, alcance y sublimidad convertida en símbolo del Parque Nacional.
Estas huellas artísticas de los ocupantes de las cavernas en la época prehispana constituyen vestigios tangibles de nuestros aborígenes, en un medio de oscuridad absoluta y bellas formaciones secundarias y testimonios paleontológicos del Cuaternario, período geológico más reciente en la historia de la Tierra.
Armando Falcón, jefe del Departamento de Investigación Científico Técnica del Parque, alegó que esta cueva con una morfología única de su tipo en Cuba, forma parte de más de 150 espeluncas, solapas,y cavernas, existentes en los cayos.
Los distintos grupos de aborígenes dejaron en esta reserva más de 263 pictografías y 22 petroglifos, sobresaliendo 24 pinturas negras de los nativos en la Cueva de Ramos. Las comunidades aborígenes que se asentaron en el norte espirituano, principalmente en los cayos, datan de más de dos mil años, afirmó Falcón.
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