Hemos firmado una convención internacional que nos prohíbe utilizar tales armas y, por lo tanto, podemos decir por nosotros que no lo hacemos porque nos hemos comprometido en consecuencia, dijo Scholz en una rueda de prensa junto al primer ministro australiano, Anthony Albanese, de visita aquí.
Un comentario respecto a la decisión estadounidense no se permite en este contexto, agregó Scholz, quien calificó el envío como “una decisión soberana de Estados Unidos’.
Albanese, por su parte, señaló que también Australia firmó la convención internacional y que por lo tanto no dispone de tales armas.
Tampoco tenemos intención de cambiar esta postura y en eso coincido absolutamente con el canciller federal, agregó.
El presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, afirmó la víspera en una entrevista con la cadena pública alemana ZDF que “la postura de pronunciarse en contra de la munición de racimo es la correcta, pero en la situación actual su país no puede bloquear a Estados Unidos”.
La Convención sobre Municiones en Racimo de 2008, un tratado internacional jurídicamente vinculante, prohíbe todo tipo de uso, producción, almacenamiento y transferencia de municiones de ese tipo y fue aprobada por 107 Estados en una conferencia diplomática celebrada en Dublín, Irlanda.
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