Destacó como causas el recrudecimiento del bloqueo en el contexto de la Covid-19 y porque desde territorio estadounidense se incitó y financió abiertamente a individuos y grupos a que cometieran infracciones de la ley, lo que incluyó acciones de violencia, robo, asalto y agresión.
Además, recordó la publicación, que desde la nación norteña se ejecutó, durante semanas previas, una campaña de desinformación y calumnias por las redes digitales.
El texto se basa fundamentalmente en el libro “Cuba, un golpe blando fallido”, del doctor en Ciencias Manuel Hevia Frasquieri, en el que definió las revueltas callejeras violentas del verano de 2021 como “una típica operación subversiva dirigida secretamente por CIA y la comunidad de inteligencia estadounidense”
El experimentado analista denunció oportunamente que lo ocurrido entonces formaba parte de una estrategia dirigida al denominado cambio de régimen, que mantiene vigencia en sus enfoques, objetivos y tareas en el terreno, en correspondencia con más de 400 programas millonarios ejecutados contra Cuba desde el año 2008, dentro y fuera del país.
Acorde con sus pronósticos, -explicó el texto- Washington apela a la mentira y el cinismo para incluir a Cuba en cuanta lista la desacredite, aísle y le permita justificar su política de cerco y asfixia para procurar un estallido social lo antes posible.
Recordó, cómo sin escrúpulos, la Casa Blanca trató de aprovechar las dificultades generadas por la pandemia para agredir a la isla con más fuerza, arreciar las medidas coercitivas y tratar de lograr sus objetivos destructivos.
Ejemplificó que durante el 2023 se han registrado más de 300 convocatorias desde territorio de Estados Unidos y otros países que incitan a actuar contra el Gobierno cubano, todas orientadas a trasladar la percepción de un escenario propicio para reeditar el intento de “golpe blando” contra la nación caribeña.
Manifestó, además, como las calumnias promovidas por la Casa Blanca, relacionadas con los hechos que auspició en 2021, son utilizadas por ese Gobierno como pretexto para mantener contra Cuba la política de máxima presión y reforzamiento de las medidas del bloqueo económico.
El artículo detalló que contrario a las falsedades que promueve Estados Unidos, a los detenidos en aquellos hechos hace dos años se les probó su participación en acciones vandálicas o que alteraron el orden público y que ninguna persona fue sancionada por manifestarse pacíficamente, ni tampoco fueron sancionados menores de edad.
Ante un escenario en el que Washington y sus mercenarios instigan a la realización de actos violentos con el propósito de provocar una respuesta policial y montar un show mediático para multiplicar la errónea imagen de ingobernabilidad, inestabilidad social y potenciar la desestabilización, el texto agregó que el principal antídoto es la unidad de la inmensa mayoría de los cubanos.
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