Si en 2018 hubo 845 asesinatos, en 2022 la cifra llegó a mil 322, precisó el documento.
En esos años, la tasa de crímenes pasó de 4,5 a 6,7 por cada 100 mil habitantes.
La región con mayor incidencia de ese flagelo respecto a la cantidad de habitantes fue la del Norte Grande y ahí Arica y Parinacota ocupa el primer lugar, seguida por Tarapacá y Antofagasta.
El informe nacional reporta también un notorio aumento de los homicidios cometidos con armas de fuego, que en 2018 representaban el 42 por ciento y ahora llegaron al 53,9.
La mayoría de las víctimas y victimarios sigue siendo chilena, con 82,8 por ciento y 86,9, respectivamente.
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