Con la celebración desde el pasado lunes del Aniversario 121 del autor de Songoro-Cosongo, en la Casa Natal del escritor, ubicada en el Centro Histórico de esta urbe, Patrimonio de la Humanidad, se han extendido las actividades para retomar la dimensión y la vigencia de uno de los más importantes defensores de la identidad antillana.
Precisamente y bajo esta premisa la conferencia inaugural de Leonardo Sarría, Académico de la Fundación, reflejó la “ obra multiforme que sorprende, así que es complicado ubicarlo solo en un apartado de la historia por su propia antología“. A Guillén, como crítico literario menos visible por la amplia dimensión de su quehacer artístico, “lo vemos en su propia prosa con más de seis décadas de ejercicio”, alertó el también profesor de la Universidad de La Habana.
El estudioso mencionó trabajos trascendentales que van desde la década del 30 hasta los años 70 del siglo pasado.
Ejemplifica, para tomar en cuenta además a su propia concepción de lo poético, obras como “Sones y Soneros”, de 1930, así como conferencias como “Charla en el liceo”, también en ese año.
Sarría debatió con los presentes además títulos donde de acuerdo con el investigador, hace énfasis en la expresión negra y su legado a la cultura cubana.
“Sus trabajos fueron distribuidos en varios medios de la época con una precisa vocación ensayista, y aunque tenía un encuadre marxista por el compromiso que entiende con la realidad política y social, no deja el profundo respeto por la forma y la estética, limpieza, además del guiño a la deuda con el Modernismo y Rubén Darío”, a decir de Sarría.
La obra crítica de Guillén publicada en disímiles espacios como la revista Verde Olivo, o en el diario Hoy, tiene además una fuerza crucial en la poesía, apunta el estudioso.
“Realidad de la poesía“ o “Libertad” resultan la muestra de lo anterior. Y donde comprende el rol social de la misma, idea que refuerza cuando se apega a la obra de importantes autores haitianos.
En su artículo “El Haití de Jacques Roumain en la obra de Nicolás Guillén”, el estudioso Xosé Lois García, reflexiona sobre cómo el autor de Sóngoro Cosongo (1931) “nos lleva a los albores de otra de las luchas que Haití ha proclamado en las décadas del 20 al 40 del siglo XX, teniendo como referencia de esas luchas al gran intelectual y escritor, Jacques Roumain (1907-1944)”.
El evento continuó además en esta ciudad patrimonial, cuna del Poeta, con un panel sobre el destacado periodista y la música, en tanto la jornada matutina incluyó un homenaje a Luis Carbonell (1923-2014), fiel defensor de la obra “Balada de los dos abuelos”, un clásico de Guillén en defensa de nuestra identidad.
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