Varios miembros del grupo Last Generation entraron en los terrenos del aeropuerto de Hamburgo y se pegaron a la pista el primer día de vacaciones escolares en la ciudad norteña.
Como consecuencia, docenas de vuelos fueron cancelados y 10 arribos tuvieron que desviarse a otros aeropuertos.
Los manifestantes cortaron además una cerca de seguridad en el aeropuerto de Düsseldorf (oeste) y una ruta de acceso a la pista, afectando a varios vuelos.
En un comunicado, Last Generation acusó al Gobierno de no tener una estrategia contra la crisis climática y pidió medidas inmediatas para recortar las emisiones en el sector de transportes, como el final de las exenciones fiscales al queroseno que emplean las aerolíneas.
La aviación, el medio de transporte más contaminante, supone una parte significativa de las emanaciones globales.
De su lado, miembros del Gobierno criticaron duramente las protestas y pidieron que se les pusiera fin.
Last Generation no protege el clima, participa en actividad criminal, afirmó el ministro de Transporte, Volker Wissing, que en los últimos años bloqueó varias iniciativas para recortar las emisiones de transportes por aire y carretera.
Los activistas insisten en que sus protestas son pacíficas, aunque disruptivas.
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