En ese sentido, hace referencia a la más reciente resolución adoptada en la Asamblea General de la ONU, en noviembre pasado, sobre la necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto a la nación antillana desde hace más de seis décadas.
Asimismo, la declaración recoge los obstáculos a las transacciones financieras con la isla como resultado de su inclusión en la unilateral lista de Washington de países patrocinadores del terrorismo.
El texto aprobado por el foro de dos días expresa el compromiso birregional con la renovación y el reforzamiento de sus relaciones, “fundadas en valores e intereses comunes y en lazos económicos, sociales y culturales sólidos».
La Cumbre UE-Celac, que representa a 60 países y mil millones de habitantes, subrayó la voluntad de trabajar juntos para ser más fuertes ante los desafíos actuales, entre ellos la inseguridad alimentaria, la pobreza, las desigualdades y la crisis económica.
En otro de sus puntos, el documento aboga por favorecer nexos de amistad entre los pueblos europeos, latinoamericanos y caribeños, al margen de las diferencias en sus sistemas políticos.
Respecto al conflicto en Ucrania, refleja profunda preocupación, por el sufrimiento humano y las dificultades que implica para la economía mundial, situación frente a la que pide una paz justa y duradera.
La guerra de Ucrania generó tensiones en el foro, a partir de la postura europea de intentar sumar a América Latina y el Caribe en la cruzada contra Rusia, sin tener en cuenta que la Celac declaró la región una Zona de Paz en 2014, durante su segunda cumbre.
Al intervenir en la clausura oficial de la Cumbre de los Pueblos, encuentro que transcurrió en paralelo, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, aseguró que el único interés de la UE era el de abordar el conflicto.
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