Esta variedad del producto agrícola cuyo empleo fue autorizado por el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) puede acarrear daños a la salud de la población, al suelo y al medio ambiente, precisaron líderes del citado gremio, frente a criterios opuestos entre defensores del método.
El trigo transgénico con el gen HB4 utiliza un herbicida denominado Glufosinato de Amonio que resulta tóxico para los humanos, opinó en declaraciones a la emisora el impulsor de la campaña nacional “Pan sin veneno” Alejandro Servían.
Incluso, en Argentina, país donde fue creado ese producto agrícola modificado, enfrentó una fuerte campaña, que comprendió una carta pública contra su utilización firmada por mil científicos, argumentó el líder panadero. Los países de la región que hasta ahora admiten la introducción del trigo HB4, además del que lo concibió -precisó- son solo Brasil y Paraguay mientras que la Unión Europea y Estados Unidos registran discrepancias entre sus respectivas comunidades científicas.
Del otro lado, el titular del MAG, Santiago Bertoni, recordó que el Gobierno autoriza desde el año 2003 el uso de diversos rubros transgénicos, decisión asumida después de “un minucioso proceso de análisis y evaluación”.
Esa metodología -según el ministro- abarcó la participación de un comité especial que involucra tanto al MAG como al Ministerio de Salud y otras instituciones, entre ellas el Servicio Nacional de Calidad y Sanidad Vegetal y de Semillas y la Universidad Nacional de Asunción.
La composición del trigo HB4 –aclaró Bertoni- integra un gen proveniente del girasol que le confiere una mayor tolerancia y resistencia a la sequía, pero carece de compuestos negativos a la salud humana, aseveró.
“Es una campaña sin ningún asidero –sentenció el titular- la harina producida por el trigo HB4 es exactamente igual a la convencional y hasta ahora no se registran casos de personas con problemas tras su consumo”.
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