Uno y otro pareo han coincidido en varios puntos, entre ellos la secuencia de resultados: Las Tunas e Industriales ganaron los dos primeros choques y también el cuarto, al tiempo que perdieron tercero y quinto partidos.
Con esos saldos ambos elencos se colocaron a un éxito de la final del más importante campeonato deportivo del país y llegaron a registrar ventajas de 3-1 que solamente se revirtieron seis veces en la historia de las postemporadas beisboleras cubanas.
Previo al arranque de los playoffs semifinales, los equipos de Santiago de Cuba y Matanzas sacaban ligera ventaja en los pronósticos, y entre los argumentos esgrimidos por la prensa especializada aparecía la disponibilidad de mejor picheo, aunque la diferencia era mínima.
En términos porcentuales, los vaticinios se traducían, más o menos, en 52-48, margen tan reducido que a nadie asombra que sean sus respectivos adversarios los que ahora estén a punto de acceder a la discusión del título.
La defensa de las Avispas dejó grietas abismales en los primeros choques por las cuales se colaron los Leones, mientras el bateo de los Cocodrilos fue maniatado por un picheo tunero manejado con precisión quirúrgica la mayoría de las veces.
Sin embargo, matanceros y santiagueros mostraron capacidad de reacción al imponerse en los quintos partidos. Los primeros en extrainning y los segundos ante un colmado e impresionante estadio Latinoamericano donde se reunieron fanáticos de ambas selecciones.
La paridad exhibida durante todo el campeonato se reflejó en varias series de cuartos de final y también ahora en la semifinal, por lo que sería muy probable que ambos playoffs lleguen al séptimo y último duelo para decidir los finalistas.
Para más coincidencia, ambos duelos encontrarán ganador en la región oriental de la isla, donde el clima suele ser más caluroso y en tiempos de béisbol se duplica la sensación térmica debido a la pasión de los amantes de este deporte, patrimonio cultural de la nación cubana. rgh/nrg