En el artículo Huella imborrable que derivó en la gran revolución cubana, el actual tesorero de la organización solidaria afirmó que los asaltos a los cuarteles de Santiago de Cuba y Bayamo realizados hace 70 años por jóvenes liderados por Fidel Castro y su hermano Raúl marcaron el final del destructivo, cruel y despiadado régimen dictatorial de Fulgencio Batista, señaló.
Precisó que esa acción valerosa dio paso a la más memorable victoria para el pueblo cubano, la gran revolución que triunfó en 1959 y que Cuba conmemora con mucho prestigio, agregó.
Bandara recordó las deplorables condiciones económicas, políticas y sociales de la Cuba de entonces, las cuales calificó de abrumadoramente angustiosas en casi todos los aspectos de la nación y del país en su conjunto.
Detalló que Batista, quien procedía de un puesto militar de alto nivel como coronel, desplegó un régimen despiadado de administración gubernamental con gobiernos títeres durante más de una década a partir de 1940.
Agregó que en 1952 cuando se convirtió en presidente de la isla, Batista extendió su régimen con formas crueles para someter al país con el fuerte respaldo de Estados Unidos y otras naciones occidentales.
Bandara recordó las acciones de preparación del grupo de jóvenes para los asaltos a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes y la posterior respuesta despiadada del dictador contra los asaltantes ya derrotados.
Batista ordenó matar a 10 revolucionarios por cada soldado caído en combate, eliminó las garantías constitucionales en todo el territorio nacional y censuró la prensa y la radio, acotó.
El miembro del grupo solidario srilankés destacó el alegato del líder Fidel Castro en su autodefensa durante el juicio posterior a los sucesos, en el cual el joven abogado denunció los crímenes cometidos por la tiranía y las penurias del pueblo cubano, al tiempo que presentó los programas sociales a emprender tras el triunfo de la causa, revolucionaria, subrayó.
Pese al encarcelamiento de los sobrevivientes y el obligatorio exilio, el ataque a los cuarteles batistianos generó suficiente confianza en la juventud para continuar la lucha por la libertad hacia una victoria definitiva propia, opinó el miembro de la Sociedad de Amistad Sri Lanka-Cuba.
Rememoró los preparativos desde el exilio para el retorno a la isla, organizados por Fidel, al frente de un grupo de 82 jóvenes, y la lucha siguiente con epicentro en la Sierra Maestra contra las fuerzas militares batistianas que culminaron con el triunfo de la Revolución.
Se refirió, asimismo, a los cambios sociales que desde el mismo primero de enero de 1959 tuvieron lugar en la Cuba revolucionaria con el más simbólico acto de la transformación de los cuarteles en escuelas.
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