Prensa Latina en su recorrido por el norte del territorio y zonas del Escambray, conoció dónde se encuentran los mayores palmares que aportan a los pobladores sus beneficios por la utilización de su tronco como elemento en la construcción de la casa de campo y en cercas para proteger el ganado.
Hernández, delegado de la Fundación Antonio Núñez Jiménez de la Naturaleza y el Hombre en este territorio, explicó que el nombre científico del símbolo nacional es Roystonea regia; el apelativo regia del latín significa real, del Rey.
Esta especie ha trascendido además por su elegancia y facilidad de cultivar como uno de los elementos ornamentales más comunes en el mundo, dijo.
Es originaria de la isla, pero tiene presencia en zonas tropicales y templadas de México, Belice, Honduras, sur de la Florida, Estados Unidos, Venezuela, Colombia, Bahamas e Islas Caimán, con sus representaciones y adaptación al clima europeo.
En la isla, explicó Hernández, es conocida con disímiles nombres, algunos a partir de voces indígenas o utilidad: Chaguaramo cubano, Palmera real cubana, Asahí, Caruta, Chaguarama, Mapora, Palma de yaguar, Palmiche, Palmiste, Yagua, Yaguarrama, entre otros.
Las familias de campo siguen empleando las ofertas de las palmeras: de su tronco como tablas, las yaguas, para protección de las lluvias y el empaque del tabaco, del palmiche -su fruto y semilla- alimento para los cerdos, sus raíces medicinales.
La Palma Cana (Sabal Causiarum), comentó, sufre limitaciones por el desarrollo de la agricultura pero mantiene presencia en zonas cenagosas del sur espirituano. Sus hojas de abanico y de gran consistencia se emplean en techos y labores de artesanía tradicional. Comentó que cerca del poblado de Pitajones, Trinidad, fue redescubierta una colonia con la Coccothrinax crinita subespecie brevicrinis, palma endémica del Macizo Guamuhaya, considerada extinguida desde 1912.
Lo más novedoso, apuntó el experto, es la Palma Azul (nombre popular), nuevo grupo de palmera descrita por estudiosos de la Sociedad Cubana de Botánica en Sancti Spíritus, sus primera observación fue en 1995 y demoró varios años para ser avalada oficialmente.
Para cerrar la entrevista Hernández afirmó que Sancti Spíritus está entre las provincias de mayor densidad de la Palma Real en el país, presentes en llanos, en remanentes de bosques, terrenos fértiles, áreas montañosas, así como en las cuencas de los arroyos y ríos.
Como buen intelectual subrayó: las palmeras soportan el viento, se doblan y regresan, son las únicas que desafían las tormentas y los rayos al tener por encima de sus pencas un penacho que las coloca más cerca del cielo.
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