En Twitter, el jefe de Estado escribió: 78 años del horror que quemó 170 mil seres humanos con sus bienes y sus memorias. Solo hay un modo de evitar que se repita: la eliminación total, irreversible y verificable de las armas nucleares. #CubaPorLaVida.
Los bombardeos atómicos de Hiroshima y Nagasaki, ordenados por el entonces presidente de Estados Unidos, Harry S. Truman, el 6 y 9 de agosto de 1945, respectivamente, provocaron centenares de miles de muertos y heridos, así como enfermedades en las víctimas.
Se estima que entre el 15 y 20 por ciento de los afectados, en su mayoría civiles, fallecieron por lesiones o padecimientos atribuidos al envenenamiento debido a la radiación liberada por las deflagraciones que destruyeron ambas ciudades.
Desde entonces, miles de personas han sufrido leucemia y distintos tipos de cánceres, entre otros males relacionados con el legado nuclear estadounidense.
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