La reunión extraordinaria, calificada de “accidentada” por los medios, insistió en remplazar al también excandidato presidencial, pese a su intento por evitarlo al cerrar la sesión de forma unilateral y abandonar la reunión, que continuó por decisión del resto de los legisladores, según el diario Última Hora.
La votación fue de 319 de los 527 legisladores contra Alegre, cuyo carrera política recibió antes un golpe mortal al perder por tercera vez unos comicios, esta vez el 30 de abril con su oponente del Partido Colorado, Santiago Peña, quien asumirá el 15 de agosto como presidente del nuevo gobierno.
Los sufragios, encabezados al faltar Alegre por el vicepresidente de la Convención Miguel Abdón Saguier, comprendieron cuatro abstenciones y dos votos en favor de una propuesta de mantener al presidente, pero con una renovación de la conducción política del Partido.
El líder expulsado del cargo justificó luego mediante las redes sociales su acción de cerrar la sesión, con alegaciones sobre una supuesta “ilegalidad” de la Convención al proponer su destitución, medida a la cual calificó de “intento de atraco a la institucionalidad del PLRA”.
Alegre y sus allegados comentaron que la única vía legal para separar del cargo a un presidente de la organización, según sus estatutos, es a través de elecciones partidistas internas, aunque para sus detractores bastaba con la derrota del político en los comicios de abril.
La Convención coincidió con ciertos pronósticos previos de varios legisladores sobre posibles tensiones durante el desarrollo del encuentro, que comenzó en medio de amenazas de violencia, discusiones, ofensas, disputas e incidentes, sobre todo en el momento del cierre de la sesión y la retirada de Alegre.
Grupos en pugna emprendieron las diatribas desde antes del inicio de la reunión en el capitalino Rowing Club, donde dos bandos opuestos amenazaron con liarse a golpes, en medio de empujones y ofensas entre guardias y seguidores del presidente del PLRA.
Organizadores de la reunión aseguraron las sillas con medios de sujeción para evitar su empleo como eventuales armas de ataque, y ante antecedentes de otros encuentros de este tipo que acusaron dichas formas de agresión.
Esas aristas del conflicto entre los principales tendencias rivales del partido fueron pronosticadas por políticos como el senador Eduardo Nakayama, quien advirtió que los fuertes disensos en la Convención podían llegar a la violencia física.
La autoridad legislativa aludió a un incidente en febrero de 2017 entre afiliados del PLRA en medio de similares circunstancias, en el que “ambos sectores se empujaron y se enfrentaron a golpes y silletazos”.
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