Fallecida el pasado mes en Londres a los 56 años de edad y una de las más ilustres hijas de esta nación, O’Connor fue trasladada a través de un cortejo fúnebre junto a seguidores, amigos, músicos y vecinos que bailaron y lloraron al ritmo de sus canciones, amplificadas desde una vieja furgoneta, confirmó la familia de O’Connor.
Según sus seres más allegados, la cantante “amaba vivir en Bray y a su gente”.
Antes del cortejo fúnebre, los familiares de O’Connor participaron en un servicio funeral privado de rito musulmán, al cual también asistieron el presidente de la República de Irlanda, Michael D. Higgins, y el primer ministro Leo Varadkar.
El oficio incluyó plegarias del imán Shaykh Umar Al-Qadri, dado que la intérprete se convirtió al islam en 2018 y cambió su nombre por el de Shuhada Sadaqat.
Además de ofrendas florales y fotografías, los vecinos recordaron con pancartas el carácter reivindicativo de la artista, reconocida y querida mundialmente por su música, y por las causas que defendió, entre ellas, los derechos de las mujeres, de los menores y de los refugiados, señaló cadena3.com.
“Cuanto más cantó y habló de su propio dolor, más resonaron su voz y sus palabras con su audiencia”, subrayó Al-Qadri en su oración.
El imán destacó que todos los fieles del mundo recordarán a la “hija de Irlanda”.
Uno de los momentos más emotivos de la despedida de quien convirtió en himno el tema “Nothing compares to you” tuvo lugar ante su casa de Montebello, en mitad del paseo marítimo de Bray, convertido en “salón de la fama” y altar para los irlandeses, apuntó el sitio.
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