La realización los terceros sábados de cada mes de un encuentro que aborda las memorias francesas inherentes a la matanceridad, fundamentadas en la historia, las ciencias, el arte y la literatura, destaca como espacio ideal para recibir conocimientos sobre el Museo. Según la directora de la instalación Marcia Brito, las visitas guiadas por las diferentes salas del centro a estudiantes y profesores de disímiles enseñanzas, visitantes extranjeros, trabajadores y turistas de otras provincias posibilitan un acercamiento a la historia de un local de suma importancia para la cultura cubana.
Tardes de conciertos con exponentes de la música cubana se insertan también en las actividades que mezclan lo cultural con lo patrimonial en pos de mantener vivo el legado de la también conocida como Botica Francesa, acotó Brito.
Fundada el primero de enero de 1882 por Triolet y Figueroa frente al actual Parque de la Libertad en la ciudad de Matanzas, en sus inicios el local fungió como botica y en él se podían adquirir, entre otras, recetas de medicinas con componentes sustentados en la medicina natural.
A partir de 1964 el centro se convirtió en Museo y ostenta importantes premios como los nacionales de Restauración 2008 y de Conservación 2020 y opta en la actualidad por la declaración de la Unesco para integrar la red de Instituciones Patrimonios Inmateriales de la Humanidad.
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