La investidura del mandatario entrante, quien venció en los sufragios con un 42,7 por ciento de votos, despierta expectación y abre interrogantes sobre el futuro del país frente a desafíos como el creciente narcotráfico, la corrupción y la inflación, coincidieron medios locales como el diario ABC Color.
El acto de ascenso al poder de Peña y del vicepresidente, Pedro Alliana, comenzará este martes a las 07:00 (hora local) en la Sala Bicameral del Parlamento, desde donde ambos se trasladarán para prestar juramento al Palco Oficial de la Explanada de la Bahía, en el Palacio de López, sede del Gobierno.
La sesión del juramento y la posterior toma de posesión del presidente y vicepresidente de la República electos comenzará a las 08:30 (hora local).
Ambas cámaras del Congreso Nacional celebrarán también el protocolo de traspaso de mando, mediante una sesión solemne, donde el mandatario saliente, Mario Abdo Benítez, entregará a su sustituto Peña los atributos de poder.
Las autoridades esperan la asistencia a esos actos de unas ocho mil personas, entre jefes de Estado, invitados especiales y personal acreditado para asistir a los diferentes eventos.
Peña, candidato en los comicios de abril por la gobernante Asociación Nacional Republicana Partido Colorado (ANR-PC), derrotó en la consulta al líder de la Concertación Para un Nuevo Paraguay, Efraín Alegre, quien obtuvo un 23 por ciento de los sufragios.
El aspirante oficialista y ahora nuevo mandatario aventajó también entonces al Movimiento Cruzada Nacional encabezado por su candidato José Luis Cubas, partido y nueva figura que sorprendieron con un tercer puesto y un 11 por ciento de los sufragios.
La votación general obtenida por Peña y su ANR-PC, formación conservadora fundada en 1947 que durante sus 76 años de vida ganó la mayoría de las elecciones, le permitió, además, mantener una mayoría simple en la Cámara de Senadores y absoluta en la de Diputados.
El partido, que ocupa más del 50 por ciento del padrón nacional, aunque existen denuncias sobre afiliaciones falsas, mantiene su jerarquía de primera fuerza política, con casi dos millones de miembros, entre los siete millones 400 mil habitantes del país.
La ANR-PC, cuya historia comprende un extenso expediente de corrupción que involucra al Estado, perdió los comicios de 2013 ante la coalición opositora Frente Guasú, cuyo candidato Fernando Lugo truncó la hegemonía continuista “colorada” y fue apartado luego del poder mediante un amañado juicio político.
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