La cita es en el Teatro Nacional de Cuba, sala Avellaneda, donde la agrupación danzaria interpretará piezas como Cautivos, en la que esclavos traídos de África en cautiverio llegan con sus ritos ancestrales, cantos, bailes y la férrea voluntad para alcanzar la libertad, publica el portal La Papeleta.
Otra de las piezas del espectáculo es Okún, obra dedicada a la orisha Yemayá, en la que el mar profundo y azul, ondulante, tranquilo o tempestuoso es testigo de la trata de esclavos, y Yemayá madre del universo, danza frenética agitando sus aguas.
Poco llevadas a la escena en la última década volverán también el pas de Deux Olokun, dedicada a esa mística deidad del panteón africano Yorubá que reina indiscutiblemente en la profundidad de los océanos.
También serán danzadas del 18 al 20 de agosto las obras Habanera, Oguere, Oyá, Ayanu, Danzón Barroco, entre otras, y para el cierre se interpretará la pieza Carnavaleandoo, divertimento que expresa a través de complejas polirritmias bailes como La Tahona, Guaguancó, Columbia y baile de la chancletas.
Tal jolgorio explaya la alegría de estas manifestaciones rumberas y carnavalescas tan gustadas en Cuba.
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