De este creador dijo hace unos años el también recordado escritor Pablo Armando Fernández (1929-2021) que quien haya visto las telas de Eladio Rivadulla (1923-2011), “quien haya visto esos lienzos, no puede menos que, conmovido, sorprenderse”.
La muestra exhibe parte, tal como describiera Fernández, obras pintadas por Rivadulla en los primeros años de la década del sesenta: sus cemíes del culto aborigen, su bestiario fabuloso; la irrupción triunfante de las deidades del culto bantú y la mitología yoruba que tanto han enriquecido las culturas antillanas.
Estas expresadas en colores densos: azules borrascosos y rojos coagulados, sumergidos verdes y amarillos que luchan cuerpo a cuerpo por alcanzar la transparencia de la superficie, en trazos de violento dramatismo, según palabras del escritor citadas por el Museo Nacional de Bellas Artes en su perfil de Facebook.
La exposición está disponible hasta el próximo 1de octubre en la Galería del Centro de Información, en el Edificio de Arte Cubano, en saludo al centenario del nacimiento de Rivadulla, iniciador de la gráfica de la Revolución cubana.
Se exhibe una selecta muestra de pinturas del primer lustro de los sesenta, y completan el discurso catálogos, fotografías, bocetos, premios y reconocimientos que avalan el desenvolvimiento del artista en esta disciplina.
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