Casi todas las jugadoras internacionales en activo publicaron la misma declaración en las redes sociales, en la cual piden a la institución dirigente respuesta a sus preocupaciones.
Nos dijeron que volar más allá de la clase económica era muy caro. Después hicieron volar a los Wallabies en clase ‘business’ para un trayecto más corto que el nuestro, protestaron.
La semana pasada, la entidad costeó el desplazamiento en avión hacia Sydney de las novias y mujeres de los jugadores del equipo masculino, para ‘despedirse’ antes de que la selección pusiera rumbo hacia el Mundial de Francia.
Las jugadoras también señalan otros gastos de los Wallabies, como concentraciones de entrenamiento, un viaje al norte de Australia, o el hecho de que el seleccionador Eddie Jones cuente con 11 asistentes.
Nos dijeron que contratos a tiempo completo estaban en camino, que nuestro programa se convertiría en profesional y que nuestro entrenador pasaría a tiempo completo. ¿Cuántos entrenadores se ha llevado Eddie (Jones) al Mundial?, alegaron.
Las llamadas Wallaroos recordaron además el impacto que el deporte femenino tuvo en el panorama deportivo nacional con el recién concluido Mundial de fútbol, donde las australianas alcanzaron las semifinales.
Este lunes, la Federación Australiana de Rugby reconoció que debía hacer más por la igualdad entre los jugadores.
Rugby Australia continuará implicando al equipo de Wallaroos en la planificación y en el desarrollo sobre la inversión en el rugby femenino, declaró sin hacer referencia directa a las quejas.
mem/lp