La normativa equipara las nuevas sustancias a las clásicas, de tal manera que la posesión destinada al consumo no será considerada delito, sin criterio alguno relativo al número de dosis.
Días atrás De Sousa declinó promulgar dicha ley a la espera de un pronunciamiento del Tribunal.
El jefe de Estado afirmó que los nuevos tipos de drogas tienen especial incidencia en determinadas regiones del país y agregó que las autoridades locales serán clave para aplicar la reforma.
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