FotosPL: Raúl García Álvarez
Este derrotero autóctono está a unos 20 kilómetros de Trinidad, tercera villa patrimonial de Cuba, declarada por la Unesco Patrimonio Cultural de la Humanidad, donde se conserva cerca del 50 por ciento de las aves endémicas y un conjunto de cuevas y cascadas de extraordinaria belleza.
La altura más significativa la ofrece el Pico Potrerillo, con 891 metros sobre el nivel del mar y el privilegio de reportar en la etapa invernal la temperatura más baja, cerca de cero grado; algunos monteses afirman haber observado sobre las hojas de los árboles escarchas.
En sus bosques vive y se reproduce el ave nacional, el Tocororo -cuyo plumaje tiene los colores de la bandera: azul, rojo y blanco-, así como el sijú cotunto, el más pequeño búho del Caribe insular; el zunzuncito; el carpintero churroso y el sijú platanero.
En sus fértiles arroyuelos, y zonas bajas es posible distinguir a la ranita Colin -el nombre se declina de su canto habitual- una de las más pequeñas del planeta, y la presencia de los frondosos helechos arborescentes en las laderas y riscos de las montañas.
La flora es además muy precoz en diversidad partiendo de la Flor Nacional, la Mariposa (Hedychium coronarium), especies de pinos, eucaliptos y más de un centenar de plantas ornamentales con una gran variedad florística, las orquídeas silvestres, los cactus y otras con flores moradas, rosadas o azules como el Nenúfar.
El que viaja a este Parque, el mayor al centro-sur de la isla, lleva como propósito ir al Salto del Caburní, el cual vierte sus aguas desde más de 60 metros de altura, entre los mayores de Cuba y distintivo del Macizo Guamuhaya. Sus aguas alimentan una variedad de pocetas de líquido cristalino.
La edificación alegórica es el Kurhotel Escambray, único de su tipo en el país, con servicios de rehabilitación y revitalización, alojamiento, alimentación y esparcimiento. En la cumbre comparte ofertas el Museo de Arte Cubano, la Plaza de las Memorias, el Reloj de Sol y la Casa del Chocolate.
Para hacer honor al principal cultivo de la zona existe la Casa Museo del Café donde se descubre la historia del cultivo y preparación de una de las bebidas más consumidas en todo el mundo y donde degustar el néctar de la ya famosa marca Crystal Mountain.
Unido a esa riqueza turística el Plan Turquino espirituano mejoró las condiciones de vida de los montañeses, logrando avances en el campo de los viales, comunicaciones, energía eléctrica a partir de paneles solares y amplió la cobertura de las señales de la radio y la televisión.
La modernidad ha beneficiado en esta zona espirituana a más de 10 mil personas, llegó a los centros de salud, consultorios médicos, centros educativos y la ejecución del programa de desarrollo local, pintura y rehabilitación de bodegas, panaderías y unidades de servicio.
El Plan Turquino fue fundado por el Consejo de Estado de Cuba el 2 de junio de 1987 con el propósito de lograr un desarrollo integral y sostenible de las zonas montañosas y de difícil acceso del país, conjugando el avance social, la conservación de la naturaleza, y el fortalecimiento de la defensa.
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