Fallecido en La Habana el 19 de noviembre de 2018, donde ejercía como embajador de su país en la isla, el acto de recordación tuvo lugar en la sede del Icap, la víspera del aniversario 86 de su natalicio en Ejido, Mérida, el 9 de septiembre de 1937.
Presidido por el embajador venezolano en Cuba, Orlando Maneiro, el Comandante de la Revolución y vice primer ministro cubano, Ramiro Valdés, y el vicepresidente del Icap, Víctor Gaute, la ceremonia fue acompañada por representantes del Cuerpo Diplomático acreditado en Cuba.
Asistieron, además, autoridades gubernamentales, de instituciones culturales y miembros de organizaciones de solidaridad en la nación antillana, así como numerosos colaboradores, amigos y médicos que durante los últimos años de su vida estuvieron junto a quien fue también el “hombre de las dificultades”, como lo calificara el comandante Hugo Chávez Frías.
En su intervención, el jefe de la misión diplomática de la nación suramericana en La Habana resaltó las cualidades políticas y éticas que lo identificaron. «Hablar de Alí significa honrar los valores y principios que deben caracterizar a un revolucionario”, dijo.
Por su parte, el vicepresidente del Icap significó su papel en el desarrollo y fortalecimiento de los lazos de amistad entre Venezuela y Cuba y la trascendencia del Comandante Fausto, como llamaban a Rodríguez Araque en la guerrilla venezolana de los años 60 del pasado siglo, levantada en armas contra los gobiernos oligárquicos de turno.
“Adentrarnos en su obra nos ayuda a conocer un poco mejor la realidad de Venezuela y de la Revolución Bolivariana, de la cual fue uno de sus protagonistas y hacedores fundamentales», expresó Gaute, quien durante varios años estuvo al frente de las misiones sociales cubanas en la nación suramericana.
Vivian Alvarado, cónsul general de la República Bolivariana de Venezuela en Cuba, junto a Alí durante 33 años en numerosas e importantes funciones, manifestó que en un encuentro como este, su jefe le hubiera pedido que agradeciera a amigos y colaboradores por compartir tantos ratos en su vida y en su trabajo.
“Este es un escenario pensado para la amistad y el agradecimiento”, comentó visiblemente emocionada, a la vez que llamó la atención sobre la importancia y el amor que sentía Rodríguez Araque por Cuba.
En tal sentido, la diplomática venezolana, dio las gracias a todas las personas reunidas en el Icap para el homenaje, en especial al personal de la salud cubano que lo cuidó hasta su muerte.
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