En los territorios de la Región Parisina y del Centro-Valle del Loira concernidos y en otros se espera que la canícula tardía de lugar a tormentas, severas en algunas localidades.
Nunca antes la vigilancia naranja por calor había sido activada en Francia en septiembre, desde la creación en 2004 del actual sistema de alertas, un fenómeno atribuido a las consecuencias del cambio climático, con previsiones de que se volverá más frecuente.
El termómetro superó los 35 grados centígrados en varios departamentos, con algunos en los que llegó a 37, un escenario inédito en suelo galo para esta época del año.
La ola de calor había llegado la semana pasada, con jornadas que se convirtieron en las más cálidas registradas en Francia, donde su capital lidió con días consecutivos de temperaturas entre los 33 y los 35 grados.
jf/wmr