Cuba se une así a estas conmemoraciones dedicadas al reconocido pintor valenciano en esta galería que posee una de sus más importantes colecciones a nivel internacional, reconocieron los organizadores de la muestra.
El MNBA se ubica como el principal promotor de las acciones a propósito de la fecha, la cual tiene en esa sede una particular relevancia, junto a la del aniversario 110 de la fundación de la institución.
Con la curaduría de Manuel Crespo Larrazábal, conocedor de la obra de Sorolla, la exposición cuenta con una treintena de sus cuadros y un busto realizado por el escultor español Antonio Rodríguez del Villar.
El pasado julio, como parte de los Talleres de Verano impartidos en la reconocida galería, un centenar de niños y adolescentes tuvieron un acercamiento a la vida y quehacer de Sorolla.
Por razones históricas y culturales, la pintura española ocupa un lugar relevante dentro de la colección del MNBA y, dentro de ella la del genio valenciano, de quien en 1920 el entonces director de la institución habanera, Antonio Rodríguez Morey, adquirió para sus fondos la primera de esas piezas “Niño comiendo sandía”.
En vida del pintor se realizó una exposición de su obra en La Habana, y después de su muerte hasta 1970 otras tres.
Por primera vez, en 1971, el MNBA organizó una exposición dedicada completamente a Sorolla, a la cual siguieron dos en la década de 1980; desde 1987 la institución mantiene de forma permanente la Sala Sorolla.
La exposición “Joaquín Sorolla Bastida (1863–1923): Las obras del Museo de La Habana en el centenario de su muerte” estará abierta al público hasta principio de 2024.
Calificado como maestro de la luz y de la vida por sus mensajes de esperanza, la obra de Sorolla viajará a lo largo de 2023 y 2024 a relevantes instituciones museísticas de España, según declaró en junio el Ministerio de Cultura de la nación europea.
Sorolla (Valencia, 27 de febrero de 1863-Cercedilla, 10 de agosto de 1923) es también considerado figura principal del impresionismo en España, además, de su tendencia posimpresionista.
Su apego a la luz, a sol y a la vida hizo que escogiera en numerosas ocasiones los jardines y exteriores para, luego de inspirado, regalar a la historia del arte grandes obras, en un número notable de dos mil 200 pinturas como legado.
El actual proyecto denominado «Sorolla. Viajar para pintar» permite homenajearlo como el gran artista «plenairista» español de su época y viajero infatigable.
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