Según el sondeo del Instituto Francés de Opinión Pública (IFOP) para el semanario Le Journal du Dimanche, el respaldo al mandatario decreció en diversos sectores, entre ellos los jubilados y la clase media.
Peor aún, entre quienes apoyaron a Macron en la primera vuelta de las presidenciales del año pasado, la popularidad bajó del 80 al 75 por ciento.
El rechazo a la reforma de la jubilación y a la manera de adoptarla, sin el voto parlamentario, sigue al parecer pasando factura al jefe de Estado, quien busca con llamados al diálogo reducir las tensiones y la división imperantes.
Macron no podrá reelegirse por tercera vez en 2027, pero el oficialismo intenta desde ya allanar el terreno para eventuales candidaturas, como las de los actuales ministros Gérald Darmanin (Interior) o Bruno Le Maire (Economía), ante las encuestas que tienden a inclinarse por la líder de la extrema derecha Marine Le Pen.
El barómetro del IFOP también muestra el retroceso de la popularidad de la primera ministra Elisabeth Borne, con una caída igualmente de dos unidades, hasta cerrar septiembre en un 27 por ciento de acompañamiento.
En Francia, el puesto de primer ministro es sacrificable, y el destino de Borne se avecina incierto, sobre todo porque el gobierno pudiera tener que volver a recurrir al impopular artículo 49.3 de la Constitución, que permite la adopción de leyes sin el voto parlamentario, en esta ocasión para aprobar el presupuesto del Estado.
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