“Francia decidió llamar de regreso a su embajador y poner fin a nuestra cooperación militar con Níger”, subrayó el mandatario en una entrevista con los canales TF1 y France2, a los que adelantó que los soldados retornarán antes de que termine el año.
Alrededor de mil 500 uniformados se encuentran en Níger como parte de la operación Barkhane desplegada en el Sahel, pese a que la junta militar en el poder desde el 26 de julio considera indeseable esa presencia, al igual que la de Itté.
París había insistido en desconocer las demandas de la junta, esgrimiendo que solo reconocía a Bazoum como autoridad legítima de un país excolonia de Francia, que mantiene allí importantes intereses económicos, en particular la explotación de estratégicos yacimientos de uranio y oro.
Estábamos en Níger, Burkina Faso y Mali por su solicitud para luchar contra el terrorismo, naciones impactadas por un golpe de Estado, dijo Macron.
En sus declaraciones, el presidente se refirió a recientes acontecimientos en suelo galo, como las visitas del rey británico Charles III y del papa Francisco, quien ofició la víspera una misa gigante en la sureña ciudad de Marsella.
A propósito de la postura fijada por el sumo pontífice en el tema migratorio, el jefe de Estado afirmó que tiene razón, pero al mismo tiempo esgrimió que “Francia no puede asumir toda la miseria del mundo”.
Francisco abogó por la responsabilidad europea ante la crisis y por la solidaridad y la integración de los migrantes.
Macron también se refirió a la cuestión del cambio climático, defendiendo su gestión de las críticas con el argumento de que “hemos avanzado la mitad del camino, porque redujimos dos veces más rápido nuestras emisiones de dióxido de carbono en los últimos cinco años”.
Asimismo, aseveró que Francia será de las primeras en Europa en salir del carbono, con el cierre de las dos centrales activas.
Respecto a las elecciones presidenciales del 2027, a las que no podrá presentarse, esquivó la pregunta al señalar que está concentrado en los desafíos actuales.
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