Tres semanas después del suicidio de Nicolas, de 15 años, en Poissy, Borne prometió una movilización general y un combate implacable contra un flagelo de alcance global, que en las eras de Internet y de las redes sociales representa un enorme desafío para los entornos educativo y familiar.
Según la iniciativa, involucra, además de a los alumnos, los padres y los maestros, a la policía, la justicia y los proveedores de servicios en línea.
Destacan entre las medidas la activación del número telefónico 3018 para las víctimas del acoso escolar, la creación de cursos de empatía para atenuar el impacto del problema, el cambio de escuela para los estudiantes perpetradores de casos graves y hasta la exclusión de los mismos de las redes sociales.
La primera ministra aseguró que “no estarán solos” las víctimas, sus allegados, los testigos de acoso y otros actores.
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