Soto, quien en los próximos días concluirá su misión en esta nación caribeña, fue despedida por los amigos de Cuba, algunos de ellos residentes en otras provincias, quienes viajaron por unas horas a la capital para compartir con la diplomática y desearle éxitos en sus nuevas responsabilidades en La Habana.
El coordinador de la Campaña, Roberto Payano, al hablar en nombre de sus compañeros elogió el trabajo de Soto y expresó que siempre será recordada por los amigos de la solidaridad como la gran defensora de su patria.
Al dirigirse a los presentes, la embajadora agradeció el reconocimiento a su trabajo que, dijo, es el de todo un colectivo.
Sostuvo que la solidaridad y la amistad se fortaleció en estos años tan complicados de pandemia, en los que juntos hicieron frente a la Covid-19, como cada día enfrentan al imperio y a quienes lo siguen.
La diplomática se refirió a las relaciones históricas entre los dos países y en ese sentido destacó la participación de dominicanos en la guerra por la independencia de Cuba contra el colonialismo español.
Compartimos música, ritmos, vida, y la Casa Museo Máximo Gómez, donde el Generalísimo y el Héroe Nacional de Cuba, José Martí, firmaron el Manifiesto de Montecristi el 25 de marzo de 1895, constituye un ejemplo fehaciente de esa amistad eterna, destacó.
Recordó al líder histórico de la Revolución cubana, Fidel Castro, quien al visitar República Dominicana en 1998 expresó: “esta es la tierra que más puede emocionar a un modesto corazón cubano”.
Fue una noche en la que cubanos y dominicanos dieron vivas a la Revolución y condenaron el bloqueo de Estados Unidos a Cuba; conversaron, cantaron y bailaron como hacen los buenos amigos, esos que son para toda la vida.
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