Las labores ya comenzaron e incluyen una estación de policía, la sede de la policía de distrito y una rama de la academia de seguridad donde los agentes recibirán formación en derechos humanos, según la prensa local.
En esta jornada los trabajadores colocaron vallas y tomaron medidas para las labores de construcción.
El proyecto fue objeto de cuestionamientos hasta 2017 cuando la corte suprema dictaminó que el gobierno estaba en su derecho de expropiar el edificio después que su propietario se negara a venderlo.
El gobierno austriaco argumenta que el traslado a funciones policiales, es el mejor uso para el edificio, pero el proyecto no está exento de críticas.
Según el historiador Florian Kotanko “hay una falta total de contextualización histórica”. La intención del Ministerio del Interior de eliminar el “factor de reconocimiento” mediante la remodelación es imposible de cumplir.
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