Titulada “Van Gogh en Auvers-sur-Oise Los últimos meses” la exposición es la primera dedicada a la labor del artista neerlandés en los 70 días que vivió en la pintoresca comuna situada a menos de 30 kilómetros de París, las jornadas finales de su trágica existencia.
Con campos cultivados, el río Oise, un pequeño pueblo y gente entrañable como testigos, Van Gogh dejó para la posteridad nada más y nada menos que 74 cuadros y 33 diseños en esa corta etapa. El pintor no llegó a Auvers-sur-Oise por casualidad, ya que en ese apacible sitio buscaba de la mano de su hermano Théo los reputados cuidados del doctor Gachet, un médico especializado en el tratamiento de la melancolía, amigo de los impresionistas y artista aficionado.
Vincent encontró un nuevo impulso a su carrera, tal vez arropado por el amor de personas hasta entonces extrañas y motivado por la calma y los encantos de una comuna que devino en su lecho de muerte el 29 de julio de 1890 tras un intento de suicidio, cuando no pocos pensaban en alguna recuperación de sus trastornos de ansiedad o bipolaridad, imposible saber.
La muestra en el prestigioso museo de Orsay, donde habitualmente se exhiben alrededor de una veintena de obras del genio, estará activa hasta el 4 de febrero, gracias a años de investigación y al trabajo conjunto de expertos como Nienke Bakker (Museo Van Gogh) y Emmanuel Coquery (Orsay).
Van Gogh en Auvers-sur-Oise Los últimos meses ofrece uno 40 cuatros y 20 dibujos representativos de una etapa que legó pinturas como La iglesia de Auvers-sur-Oise, El Doctor Paul Gachet y Trigal con cuervos.
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