Durante una entrevista con el periódico Magyar Nemzet, Szijjártó tampoco apoyó las declaraciones hechas en Bratislava de que la Federación de Rusia también intentó influir en el resultado de la votación en Eslovaquia.
Al comentar estas declaraciones, el canciller húngaro señaló que la inmensa mayoría de los países de la Unión Europea (UE) muestran una intolerancia extrema hacia quienes no están de acuerdo con algunas de las directrices del bloque, incluso en relación con Ucrania.
Si un político está a favor de la paz y en contra del suministro de armas al ejército ucraniano, inmediatamente es registrado como un espía de Moscú, sostuvo.
Al referirse a la victoria en Eslovaquia del partido del ex primer ministro Robert Fico, Szijjártó criticó fuertemente la postura de la UE.
Cuando un político o una asociación antepone los intereses nacionales y se opone a la corriente liberal de la UE gana las elecciones o al menos participa en ellas, Bruselas inmediatamente comienza a ejercer presión sobre él y lo ataca, subrayó.
De acuerdo con la fuente, el motivo para acusar a Hungría de interferir en los asuntos internos de Eslovaquia fue el viaje de Szijjártó a ese pais en vísperas de las elecciones para reunirse con la asociación política de la minoría húngara que vive allí.
Bratislava reaccionó de la misma manera a las declaraciones del director del Servicio de Inteligencia Exterior y miembro permanente del Consejo de Seguridad de Rusia, Sergei Naryshkin.
En su cuenta de Telegram, el político ruso expresó que las elecciones en Eslovaquia difícilmente pueden percibirse como una expresión democrática y libre de la voluntad del pueblo frente a influencias externas activas por parte de los Estados Unidos y la UE.
Por tal razón, los embajadores de Hungría y la Federación de Rusia fueron citados ante el ministerio de Asuntos Exteriores eslovaco.
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