Por Verónica Nuñez Lastres
Estudiante de Periodismo y colaboradora de Prensa Latina
Ambos estudiantes, de la Escuela Nacional de Ballet Fernando Alonso, ganaron medalla de oro en el mencionado certamen y recibieron además un Premio Especial del Jurado, otorgado por el dominio técnico y artístico demostrado.
Los adolescentes (17 años cada uno) recibieron más ovaciones durante una de las presentaciones en esta capital por la celebración del aniversario 75 del Ballet Nacional de Cuba (BNC).
En diálogo con Prensa Latina, ambos confesaron que siempre quisieron ser bailarines y comenzaron en ese mundo a la edad de nueve años; ella en su natal provincia de Matanzas, y él, en La Habana.
Tras años de preparación académica, las dos jóvenes promesas realizan sus prácticas artísticas pre-profesionales desde hace un mes en el BNC.
Prensa Latina (PL): ¿Qué se siente formar parte de la compañía?
Nadila: Es mucha responsabilidad, porque convivimos con importantes bailarines, con personas que saben de ballet, con maestros. En las clases me siento una niña pequeña al lado de esas grandes bailarinas. Nada es perfecto, pero ellas lo hacen parecer perfecto cuando bailan. Alejandro: Es algo sorprendente. Siempre veías a esa persona en televisión y ahora está frente a ti, corrigiéndote, bailando contigo.
PL: ¿Qué ha sido lo más difícil para ustedes de todo el proceso?
Alejandro: Mantenerse, porque es algo muy complicado. Debes tener una fuerza mental bastante resistente para seguir cada día, porque no es solo el esfuerzo físico. Es difícil a veces seguir la rutina, aunque ya estemos adaptados y nos encante.
Ambos coinciden en que, en ocasiones, resulta agotador disfrutar la adolescencia y cumplir con los rigores que requiere convertirse en buenos bailarines, pese a lo cual se declaran personas hogareñas y de los que gustan pasar tiempo con sus familias.
Ser bailarín, en cualquiera de sus especialidades, implica horarios exigentes, dietas balanceadas, cero alcohol y cigarros, preparación física constante; es decir, un estilo de vida marcado por el orden, la disciplina y la rigurosidad.
Nadila: Casi siempre llegas cansada a la casa después de los ensayos. Yo realmente siempre estoy con mi familia, intento compartir con ellos en mi tiempo libre. Hay quien sale a lugares de noche, pero no es mi caso.
Alejandro: Es un gran sacrificio, porque uno quiere compartir, por ejemplo, con los amigos. A veces te dicen vamos a tal lugar y tienes que responder: no, tengo ensayo. Es doloroso porque uno también tiene su vida como un joven normal, pero el ballet siempre está por delante de todo eso.
PL: A pesar de esa responsabilidad y rigurosidad que caracteriza a su profesión, ¿Lo disfrutan?
Alejandro: Nosotros lo disfrutamos al máximo. Yo sin el ballet no soy nada, principalmente porque es lo único que sé hacer y lo que pienso hacer toda mi vida; hasta que el cuerpo me lo permita y me sienta a gusto.
PL: Hace solo un mes, ganaron medalla de oro en las categorías Pas de Deux y Contemporáneo en el Festival Internacional de Ballet Clásico de Puebla, además de obtener Premio Especial del Jurado ¿Qué cambio generó en ustedes, como bailarines y como jóvenes con aspiraciones que cumplir?
Nadila: Nunca pensé lograr una medalla. Cuando estás en la escuela, el concurso internacional es una meta, una meta que yo siempre me tracé; lograr llegar al primer lugar es un sueño.
Alejandro: Involucra mucho trabajo y mucha constancia lograrlo. Nunca pensé que iba a conseguir tanto, pero con sacrificio todo se puede.
Como parte de las actividades del Ballet Nacional de Cuba por el aniversario 75 de su fundación, el 14 de septiembre, la prestigiosa institución organizó un ciclo de conferencias a cargo del doctor Miguel Cabrera, historiador de la compañía.
El pasado septiembre, los adolescentes participaron en la última conferencia del ciclo y en los pocos minutos que bailaron, se percibió su talento y conexión mutua en el escenario.
Prensa Latina: ¿Cómo lograr la complicidad que debe existir entre los bailarines que interpretan a una pareja?
Nadila: La comunicación y la confianza son muy importantes.
Alejandro: Tenemos que comunicarnos en la obra que estamos interpretando, pero también entre nosotros dos. Por ejemplo, yo tengo que conocer su cuerpo y ella mis posibilidades físicas.
PL: Durante los eventos internacionales, tuvieron la oportunidad de conocer a bailarines de otros países ¿Qué distingue al cubano?
Nadila: Realmente, los bailarines eran en su mayoría cubanos. Egresaron de la escuela cubana y formaron parte del Ballet Nacional, lo que en estos momentos se han retirado o han continuado su carrera en compañías de otros países.
Alejandro: Sí, pero era impresionante de ver porque tenían otra técnica, pero se notaba que en algún momento, practicaron la técnica cubana. Eso se destacaba porque en sí, el bailarín cubano es explosivo.
Nadila: Ellos bailaban con el corazón.
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