Las autoridades del país decidieron introducir controles obligatorios en la frontera con la vecina Hungría durante 10 días a partir del 5 de octubre.
Esta decisión se tomó en el contexto de un aumento en el número de inmigrantes ilegales que llegan al país.
Anteriormente, Polonia, la República Checa y Austria anunciaron la introducción de controles fronterizos en la frontera con Eslovaquia.
Según el ministro polaco del Interior, Mariusz Kaminski, el número de inmigrantes en Eslovaquia se multiplicó por 10 durante el año pasado, y solo en las últimas dos semanas, la policía detuvo a 551 personas que cruzaban ilegalmente la frontera nacional.
El jefe del ministerio del Interior eslovaco también insinuó que existe una alta probabilidad de prorrogar las nuevas medidas por un período mayor que los 10 días inicialmente anunciados.
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