Para el embajador de la RPDC en Cuba, Ma Chol Su, la fundación del PTC constituyó “la proclamación del nacimiento de un partido revolucionario de tipo nuevo”, además de ser un “hecho histórico” para la causa de la RPDC.
Con ello, añadió, la revolución sumó un “sólido estado mayor político” para nuestra nación.
Unido a ello, la gestión de Kim Jong Il fortaleció la estructuras del PTC y consolidó el camino del perfeccionamiento de la construcción partidista del camarada Kim Il Sung, expresó el diplomático.
De esa forma, dijo, se fortaleció la unidad ideológica y revolucionaria de la organización.
En la actualidad, añadió, el partido está en la “máxima prosperidad” de su desarrollo, con Kim Jong Un en condición de secretario general.
La esencia de su labor, señaló, está en “dar prioridad a las masas populares” y consolidar así al PTC en el papel de servidor del pueblo.
En el caso de Cuba, destacó las “tradicionales relaciones de amistad y de cooperación” forjadas y desarrolladas por los líderes históricos de los dos países.
Esos vínculos, expresó el embajador, avanzan “bajo las nobles voluntades y especiales atenciones de los máximos dirigentes de los dos países”, en conformidad con “la necesidad de la nueva época”.
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