Desde las 16:30, hora local, la muestra en la otrora estación de trenes a orillas del Sena dejó de recibir al público, cuando cientos de personas esperaban para cumplir el privilegio de acercarse a los últimos 70 días de vida del genio neerlandés, período particularmente prolífico, en el que legó a la posteridad 74 cuadros y 33 diseños.
Vincent Van Gogh se instaló el 20 de mayo de 1890 en Auvers-sur-Oise, comuna situada unos 30 kilómetros al Norte de esta capital, motivado por la experiencia del doctor local Paul Gachet en el tratamiento de la melancolía.
El afamado artista falleció en la propia localidad el 29 de julio, después de darse dos días antes un disparo en el pecho.
Nunca antes el epílogo de la existencia del pintor postimpresionista estuvo mejor contado, gracias a años de investigación, al esfuerzo de expertos como Nienke Bakker (Museo Van Gogh de Ámsterdam) y Emmanuel Coquery (Orsay) y al aporte de instituciones de varios países y de coleccionistas privados.
La iglesia de Auvers-sur-Oise, El Doctor Paul Gachet, Trigal con cuervos, Raíces de árbol, Campo de trigo bajo el cielo nublado y muchas otras obras conforman la exposición, que fue inaugurada el 3 de octubre y estará abierta hasta el 4 de febrero del 2024.
En total, “Van Gogh en Auvers-sur-Oise Los últimos meses” ofrece unos 40 cuadros y 20 dibujos representativos de una etapa de pinceladas empastadas, símbolo de la emoción y del talento de un artista que pintaba para intentar espantar una enfermedad que nunca sabremos cuál fue.
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