Los movimientos telúricos se produjeron a una profundidad de 10 kilómetros y se sintieron con fuerza en las provincias de Farah, Badghis, Ghor y Nimroz, con gran impacto en Herat, donde se concentran la mayores afectaciones, de acuerdo con servicios geológicos internacionales.
Medios de prensa refieren ya más de dos mil fallecidos pero aún esas cifras están sin confirmar.
Autoridades contabilizaron también cientos de heridos, algunos de gravedad, por lo que no descartaron el aumento de víctimas fatales.
Además, señalaron que la interrupción de la conectividad dificulta la recopilación de información y la evaluación del impacto total del evento sísmico y los daños resultantes.
Mullah Jan Saigh, portavoz del Ministerio de Estado para la Gestión de Desastres, afirmó que en Farah y Badghis algunas viviendas quedaron destruidas y otras sufrieron daños parciales.
La población de zonas huyó de sus hogares por temor a otras sacudidas.
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